RICARDO RENDON

Instante Presente

INSTANTE PRESENTE de Ricardo Rendón configura un campo de tensiones, de momentos congelados que despliegan una danza entre el esfuerzo y la resistencia. Aquí, cada escultura es la evidencia de una acción, de un trabajo palpable, un proceso que se fija en el espacio como huella de un evento sucedido. Rendón no solo trabaja con materiales, sino que los convierte en testigos del trabajo y la tensión que atraviesan su existencia, generando una intensidad visual que transita entre lo físico y lo conceptual.

El acero se convierte en un dibujo en tres dimensiones, un trazo que corta el aire y que, a la vez, lo estira y lo define. Las piezas no son solo objetos, sino registros de un instante específico, de un ahora que permanece en la fricción entre lo realizado y lo por hacer. Son, en efecto, momentos suspendidos que se resisten a disolverse, se alzan como interrogantes, como pulsos de una constante tensión entre lo efímero y lo eterno.

Cada trabajo es una práctica de resistencia, una exploración de la capacidad del cuerpo (y del material) para resistir las fuerzas que lo moldean. La escultura no es solo forma, sino que se hace lugar: un espacio de concentración, donde la acción del artista y el material se funden en una misma entidad. En INSTANTE PRESENTE, el trabajo no deja de ser un suspiro, un golpe, una flecha que apunta hacia la vibrante intensidad del aquí y el ahora. Aquí la escultura no es una representación del mundo, sino una afirmación del sujeto en su tránsito. Al igual que las sombras que proyectan estas obras, la relación con lo que se ve nunca es directa, sino siempre mediada por la interpretación de lo que se percibe. El trabajo busca restaurar esa percepción del instante como una experiencia profunda, no solo como algo inmediato, sino como un proceso que afecta al ser en su totalidad.

La obra en INSTANTE PRESENTE se sitúa en una zona privilegiada de la escultura contemporánea, donde la inmediatez del gesto se encuentra con la profundidad del tiempo. No es solo una exposición de formas modeladas, sino un campo de reflexión sobre el concepto de la temporalidad, la conciencia y el cuerpo como catalizadores de lo efímero. Aquí, la escultura no es un objeto cerrado en sí mismo, sino un proceso abierto que interactúa con el espectador, que se convierte en parte de su constitución a través del acto de contemplación.



Ricardo Rendón's INSTANTE PRESENTE configures a field of tensions, of frozen moments that unfold a dance between effort and resistance. Here, each sculpture is evidence of an action, of palpable labor, a process that is fixed in space as the trace of a past event. Rendón not only works with materials, but turns them into witnesses to the labor and tension that permeate their existence, generating a visual intensity that transitions between the physical and the conceptual.

Steel becomes a three-dimensional drawing, a line that cuts through the air and, at the same time, stretches and defines it. The pieces are not just objects, but records of a specific moment, of a now that remains in the friction between what has been done and what is yet to be done. They are, in effect, suspended moments that resist dissolving; they rise as questions, as pulses of a constant tension between the ephemeral and the eternal.

Each work is a practice of resistance, an exploration of the body's (and material's) capacity to resist the forces that shape it. Sculpture is not only form, but also becomes a place: a space of concentration, where the artist's action and the material merge into a single entity. In INSTANTE PRESENTE, the work is nothing more than a sigh, a blow, an arrow pointing toward the vibrant intensity of the here and now. Here, sculpture is not a representation of the world, but an affirmation of the subject in its transition. Like the shadows these works project, the relationship with what is seen is never direct, but always mediated by the interpretation of what is perceived. The work seeks to restore that perception of the moment as a profound experience, not only as something immediate, but as a process that affects the being in its entirety.

The work in INSTANTE PRESENTE is situated in a privileged zone of contemporary sculpture, where the immediacy of gesture meets the depth of time. It is not simply an exhibition of modeled forms, but a field of reflection on the concept of temporality, consciousness, and the body as catalysts of the ephemeral. Here, sculpture is not a self-enclosed object, but an open process that interacts with the viewer, who becomes part of its constitution through the act of contemplation.